Tengo algo que deciros (Mine vaganti)

Cuando la gente habla de cine europeo siempre vienen a la cabeza directores alemanes de nombres impronunciables o películas experimentales de la Europa del este, de nombres aún más impronunciables, y a veces nos olvidamos que el cine europeo también es nuestro cine y el de países de culturas muy similares a la nuestra. Quién no se ha identificado con alguna de las ideas de Amelie o ha pensado que el pueblo de Volver es parecido al suyo o ha cantado la canción de “Cuatro bodas y un funeral” cuando la han puesto en una cadena de radio de fondo. Y es que no nos podemos olvidar que para soñar durante una hora y media y meternos en la vida de ese personaje que aparece en la pantalla no hace falta irnos muy lejos, podemos hacerlo con películas de aquí o de muy cerca.

Y es de Italia de donde viene la película de la que voy a hablar. Es curioso que haya tenido que ser un director turco y homosexual el que refleje de una forma clara y concisa la realidad de un colectivo todavía en un segundo plano en el país de Berlusconi como es el colectivo gay. Y este valiente se llama Ferzan Ozpetek y es uno de mis directores favoritos y no por los temas que trata sino por cómo los trata, la naturalidad, la sensibilidad, la estética, la música... Es un artista de la imagen y el sentimiento.

Tengo algo que deciros (Mine Vaganti) trata de la historia de Tommaso, un joven de ciudad pequeña que una vez que ha descubierto los placeres de la libertad en una ciudad como Roma con su pareja y sus amigos decide revelar su verdadera sexualidad en una cena familiar y de negocios. Antes de esto lo consulta con su hermano mayor y tras una serie de incidentes y circunstancias curiosas Tommaso no puede contar su secreto.


Así parte una compleja trama de varias historias atemporales y a la vez con fechas marcadas que se van cruzando y desvelando durante 108 minutos de un film maravillosamente llevado en el que no se pierde el ritmo y las supuestas tragedias se van adornando de toques de humor que hacen de esta película una comedia de situación para todos los gustos y todos los públicos.

La química entre el actor protagonista, un desconocido en España Riccardo Scaramarcio (ídolo de masa en Italia gracias al papel protagonista de A tres metros sobre el cielo) y la increíble Nicole Grimaudo nos dejan escenas preciosas como en la que ellos cenan al son de la canción Pensiero Stupendo mientras se ve como se crea un vínculo entre ellos o en la que ella le cuenta a él todo sobre su pasado y lo que le ha llevado a ser así.

La variedad de personajes secundarios como la apática criada, el padre frustrado o los divertidos amigos del protagonista riegan la película de pequeñas perlas de humor que el público agradece en todo momento. Pero si de personajes secundarios se trata es el de la abuela, hilo conductor del film e inicio y final de la historia, el que mayor mérito y carga interpretativa tiene. Este papel le valió a Ilaria Occhini el David de Donatello a la mejor actriz secundaria y es este papel el que le da el título a la película, Mine Vaganti (mina perdida o bomba de relojería en italiano) un personaje que puede hacer que todo explote a su alrededor aunque pensemos que la verdadera mina ya había explotado.

Nominada a casi todos los premios de su país durante el 2010 cabe destacar sus 7 candidaturas a los David de Donatello, de las cuales solo ganó en las categorías de actores secundarios. Aquí os dejo el trailer:




Una película de andar por casa para un público nada minoritario.

Que la disfruteis.

Ciao ciao.

Angel RDuro